Acabo de finalizar las sesiones dedicadas a XML en la nueva edición del Master de Ingeniería Web. Este año tengo la sensación de que conozco más a algunos de los alumnos, aunque hay otros a los que apenas recuerdo o que vienen de otros sitios. A pesar de éso, el formato de la clase, con 40 super-ordenadores conectados a Internet en una sala sin aire acondicionado, no me acaba de convencer y es difícil conseguir un ritmo adecuado en el que vayan haciendo los ejercicios que propongo.
Esta tarde decidí pasármelo bien dando la clase, y aunque dije un montón de tonterías, creo que entendieron más o menos lo que quería explicar, dentro de las posibilidades de ser un viernes caluroso por la tarde.
Así logré rematar un poco mejor la semana, ya que se me hizo bastante cuesta arriba por la cantidad de temas que tenía (y me temo que sigo teniendo) pendientes.
Por otro lado, esta mañana participé en una reunión en la que alguien dijo algo que me pareció injusto, y me mosqueé bastante. Reconozco que mi reacción igual fue desproporcionada, pero la verdad que luego quedé más a gusto por decir lo que pensaba. Es que si hay algo que no soporto es que la gente tenga ideas preconcebidas y no escuchen. Quizás por ese incidente, por la tarde, dando clase, decidí que lo mejor era disfrutar de la enseñanza, que es por lo que realmente me pagan y de lo que siempre tuve vocación.
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