El martes pasado acudí por primera vez a la Ópera gracias a una invitación. Como no pude escoger la obra, me tocó Iphigénie en Tauride y como me dijeron varios conocidos, no es precisamente una obra fácil para bautizarse en la ópera. Resultado, no entendí nada y no me emocioné como se supone que tendría que haber hecho. Bueno, más bien casi me duermo en alguno de los pasajes. Supongo que los cantantes, el coro y la orquesta lo hicieron bien pero reconozco que no supe valorarlo y que es un arte que me pilla un poco lejos.
Un detalle que me hizo gracia fue que pusieron una pantalla con subtítulos. El problema es que las frases de los subtítulos me parecían todas un poco pretenciosas: palabras en plan "los Dioses", "la muerte", "la batalla", "el destino", etc., etc. mezcladas con nombres de mitología griega que mi ignorancia no reconocía (Orestes, Argamenón, Pylades, etc. etc.). Y menos mal que incluyeron subtítulos, porque ni siquiera pillé el idioma en el que cantaban: luego me dijeron que era en francés.
2 comentarios:
¡Qué subnormal tan simpático!
Gracias anónimo, por estar siempre atento a cualquier cosa para poder meter caña de forma valiente.
Como no sé quién eres y como la frase que has puesto no indica muy bien lo que quieres decir, de momento la dejo y si quieres, la aclaras.
Lo único, que al releer mi artículo , igual "anónimo" es un amante de la ópera que se ha sentido ofendido por mi comentario. En ese caso, lo lamento porque no pretendía en ningún momento criticar la ópera en sí, que seguro que como todos los movimientos artísticos, tiene obras mejores y peores, o más fáciles para introducirse en ellas y más difíciles.
Simplemente, comentaba mi experiencia personal con una obra que aunque posiblemente sea muy buena, y no lo discuto, yo no fui capaz de apreciarla.
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