miércoles, 17 de enero de 2007

Valparaíso: desayuno en la habitación por defecto

Me han escrito diciéndome que llevo un tiempo sin actualizar el blog...así que voy a ello. La semana pasada estuve en Viña del Mar en un hotel estupendo, llamado Hotel San Martín con vistas a la playa y wireless en la habitación. El principal problema durante esa semana fue que tenía que entregar un artículo cuyo plazo finalizaba en principio para el 15 de enero, y la maravillosa vista a la playa, me impedía concentrarme como quisiera. Ayer me dijeron que tenía todo el mes, así que ahora tengo un poco más de tranquilidad.

Esta semana sigo en Chile, y podría haberme ido lejos, sin embargo, decidí cambiarme a la ciudad de Valparaíso, para conocerla con calma como a mí me gusta. Personalmente, creo que una ciudad no se puede conocer en 2 días yendo a visitar los monumentos típicos...una ciudad hay que recorrerla, patearla e incluso perderse por sus calles, para llegar a conocerla.

Valparaíso es una ciudad con mucho carácter, por algo ha sido nombrada patrimonio de la humanidad. Tiene un aspecto externo de lejos de ciudad homogénea llena de luces por las noches que sin embargo, al verla más de cerca se transforma en desorden y caos. Las casas de colores que se ven en los cerros de lejos, al verlas de cerca son prácticamente chabolas que se mantienen en pié prácticamente por arte de magia.

Las calles están llenas de comerciantes de todo tipo. La vista desde los cerros es impresionante.

La primer noche me alojé en un bed & breakfast del Cerro Playa Ancha, el cual tiene una de las vistas más espectaculares sobre la bahía.

Al día siguiente me cambié a otro hotel que encontré de casualidad al lado del congreso (no lo había encontrado inicialmente, porque no tiene página Web propia). El hotel se llama O'Higgins Plaza, y está enfrente de la estación de autobuses.
Las habitaciones son increíblemente amplias pero lo más llamativo me ocurrió esta mañana. Con el precio de la habitación estaba incluido el desayuno y cuando bajé a recepción a preguntar dónde se servía el desayuno. La recepcionista, super-amable me dijo: en la habitación. Me quedé extrañado y le dije que a mi no me importaba desayunar en el restaurante (al fin y al cabo, estando uno solo, lo que quiere es ver gente). Y me dijo que en ese caso tendría que pagar el desayuno como un extra. Total que asentí a que me lo llevaran a la habitación. Para ello, rellené un papel con los ítems que deseaba y al rato me lo llevaron. Es la primera vez que desayuno en un hotel en la habitación.

La anécdota, me hizo pensar en una característica general de Chile, y es la enorme amabilidad que me encuentro a todas partes. En general, la gente es muy profesional y hacen todo lo posible por ayudarte. Todavía no me encontrado un mal gesto de nadie y he intentado moverme por un montón de lugares.

En el caso de Valparaíso, se une el carácter de ciudad porteña acostumbrada a tener visitantes, pero no excesivamente explotada turísticamente, por lo que es una ciudad con la mezcla justa de gente que se preocupa porque ayudarte y que no están saturados de turistas.

La única pega sobre Valparaíso, es la necesidad de que se recuperen algunos espacios preciosos pero que no tienen ningún tipo de mantenimiento. En eso creo que hace falta una gran labor por parte del municipio (o de quien corresponda) para crear ayudas para rehabilitar espacios históricos, y poner, por ejemplo, un montón de papeleras más por las calles.

2 comentarios:

Pablo Carballude dijo...

Que envidia... yo también quiero!

Por cierto... en Chile también tienen el tópico de que los españoles estamos todo el día con la "Vitamina R" (ron) ?

Anónimo dijo...

Anda que vaya putada. Enterarte de que te llevan el desayuno a la habitación cuando ya estás abajo... hay que joderse :-D