Esta tarde fui a un centro comercial con mi hijo Sergio para comprarle una bicicleta.
La primer bicicleta debe ser uno de esos hitos que van marcando el crecimiento de una persona, y tenía ganas de vivirlo como padre.
Luego fuimos al parque a estrenarla y a pesar de algún que otro accidente, creo que se lo pasó estupéndamente.
Necesita depurar el freno, le queda un poco fuerte y montar en bici sin capacidad para frenar en las cuestas es un peligro, pero supongo que en breve lo dominará o ya me veo comprando casco y rodilleras...
3 comentarios:
La última frase de esta entrada podría dar para una película, una novela o un cómic de los gordos.
Muy buena entrada. Es un relato perfecto. En serio.
Un abrazo, Labra.
:)
Gracias Javi, es divertido ver amigos leyendo las pijadas que voy poniendo en el blog...
Respecto a lo del comic, te cedo los derechos :)
aun recuerdo mi primera bicicleta, los tortazos que me daba, pero una vez aprendido no me separo de ella.
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