Incluyo una cita:
Sobre las separaciones en abstracto se pueden decir muchas cosas...Ante una separación concreta, cercana, con nombres y apellidos, es mejor callar, tender una mano si se puede, y no meter las narices donde no nos corresponde. ¿Quienes somos nosotros para opinar, para manosear lo que pertenece a la intimidad de la pareja?
A veces pensamos que las parejas se separan a la ligera, que no aguantan nada, pero, al menos en las separaciones que yo conozco, ligereza hay muy poca y dolor mucho. Cada persona lo manifiesta a su modo, algunos es verdad que ni siquiera lo manifiestan, pero haberlo haylo.
Cuando una persona se separa, se queda muchas veces con una casa vacía, un corazón roto y la soledad por única compañera. A quien no lo ha vivido en primera persona o le ha tocado muy cerca, se le hace muy difícil imaginar lo que representa ese momento. Su parte del armario vacía, su colonia o su albornoz que ya no están en el baño, su lugar en la mesa desierto...Diez, quince, veinte...años de tu vida saliendo por la puerta en unas cuantas cajas de mudanza que se llevan lo que ya nunca podrá ser y dejan a su paso un puñado de ilusiones rotas.
Y lo peor no es ésto. Lo que te rompe de verdad el alma es llegar a casa y que te reciba una fría e ingrata oscuridad. Las luces apagadas, los juguetes recogidos, el silencio que lo inunda todo, las camas vacías de los niños los fines de semana que no están contigo, la desazón de cada verano cuando se van un mes seguido con su padre -o con su madre-...con el tiempo lo acabas asumiendo, pero nunca te acostumbras del todo a algo que en el fondo parece ir contra natura.
"Si supieras cuánto echo de menos el beso de buenas noches a mi hija, despertarla cada mañana para ir al colegio...", me decía una vez un padre con gran tristeza.
¿Y sabes una cosa? Da lo mismo que seas el que se queda o el que se va, el que permanece en el hogar o el que lo abandona. El dolor no hace distinciones.
2 comentarios:
José,
pasé por aquí ya que un alumno tuyo me pasó la dirección del blog y no pude evitar detenerme en este post.
El dolor ante una separación es inconmensurable. Es como sentir que todo tu cuerpo se desgarra sin morir. No importa quien haya tomado la decisión (porque en un punto siempre es un asunto de dos) pero por más que pasen los años, la frustración, el sabor amargo perdura, más aún cuando hay chicos de por medio. También es una fuente de aprendizaje. Siempre lo recalco a las parejas conocidas. Cuando uno atraviesa una separación se hace muchas preguntas y está más atento a lo que viven otras parejas y a lo que uno mismo vuelve a vivir al intentar otra pareja.
Al leer la cita del texto me dije: "su autora sabe de qué se trata, o al menos, pudo capturar en palabras un conjunto inexplicable de sentimientos". Hace un tiempo, con la "excusa" de un requerimiento académico, pero creo que con la necesidad de hacer algo de catarsis, armé un blog para personas separadas, contando mi experiencia. Tu post me hizo recordarlo. Me sentí identificada con lo escrito. Muchas gracias.
Tienen razon!!! Es muy dura la separación. Cuesta bastante recuperarse y se es bastante incomprendido por la sociedad. En lo personal, note que se acepta muchisimo mejor a los viud@s que a los divorciad@s y me apenaba muchisimo el rechazo, en algun punto, de la sociedad hacia mis hijos..
Ahora ya estoy en un punto en el que he sanado muchas cosas y agradezco a Dios q con su fortaleza y dirección, estoy pudiendo encaminar a mis hijos .....pero tuve que postergar una nueva oportunidad para mi, para no distraerme de ellos, de que puedan sanar y ser buenas personas, productivos, leales, responsables..
No pierdo las esperanzas de poder volver a pensar de a dos.......
Saludos cordiales a cada uno!!!
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