Ayer se reunió la Junta Electoral de la Escuela de Ingeniería Informática para proclamar como director a Benjamín López. De esa forma, dejo de ser director de la Escuela tras 8 años ejerciendo el cargo, que es el tope máximo permitido (2 legislaturas).
Haciendo un poco de balance, cuando cogí la dirección, la Escuela todavía estaba ubicada en el edificio de la Facultad de Ciencias, tocándome a mí hacer el traslado al edificio recién rehabilitado en la Calle Valdés Salas.
De aquella, se impartían 2 titulaciones de ingeniería técnica informática de gestión y de sistemas.
Durante la primera etapa, estaba de rector Juan Vázquez, y en esa época las relaciones entre la Escuela y el rectorado no eran precisamente buenas. Me tocó lidiar el tema y creo que al menos conseguí normalizar las relaciones y que nos respetasen como Centro. Mucha gente pensaba que la Escuela iba a desaparecer y de hecho, mi gran preocupación era no ser el "último" director.
El primer gran hito que conseguimos fue arrancar el Máster de Ingeniería Web en el año 2005. El máster lo arrancamos a coste cero, impartiendo los profesores las clases sin que se nos reconociesen los créditos. Fue una apuesta impulsada por Juan Manuel Cueva principalmente y de hecho recuerdo que prácticamente lo decidimos en una cena y lo preparamos en un fin de semana. La apuesta salió bien, y el máster permitió que la Escuela se consolidase como un centro que de repente tenía estudios técnicos más estudios de máster oficial.
El segundo gran reto sería la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior. En la Escuela llevábamos ya bastante tiempo participando en diversas experiencias piloto impulsadas por un grupo de profesores que acudían regularmente al Jenui (Marián, Guti, Dani Gayo, Juan Ramón, Albizu, Covadonga Nieto, Aquilino, etc.) que creían que la Calidad docente era importante y que apostaron por aplicar técnicas novedosas tanto en sus clases como en lo que posteriormente sería el diseño del plan de estudios.
En mi opinión, la Escuela contaba con una de las mejores comisiones de calidad que podria tener un Centro.
Sin embargo, el proceso no sería fácil, y se complicaba más cuando se intentaba aprovechar la adaptación a Bolonia para hacer una re-estructuración de los Centros Universitarios con lo que ello podría suponer de supresión de Centros. El fantasma del cierre del Centro aparecía muchas veces y reconozco que me quitó el sueño un montón de veces. Los rumores y los cambios de rumbo en todo el proceso eran muy preocupantes.
Durante ese tiempo, hubo 2 cambios significativos en el contexto, por un lado, apareció Vicente Gotor como nuevo rector, y por otro lado, Juan Manuel Cueva salió elegido director del Departamento de Informática. Con ambos mantengo una relación buena, con Cueva porque ha sido mi director de tesis doctoral y me considero su discípulo, y con Vicente Gotor, porque creo que es buena gente, y que intenta cumplir su palabra.
No obstante, durante el diseño de los planes de estudio, desde el vicerrectorado de Ordenación Académica, crearon una comisión que llamaron de "ingenierías" en la que pretendían que se llegase a la mayor cantidad posible de asignaturas comunes en las ingenierías.
En las primeras reuniones de esa comisión ya se veía que la cosa no iba a ser fácil y que los ingenieros "tradicionales" pretendían imponer ciertas asignaturas como química o dibujo al resto. Me planté y peleé todo lo que pude para que no pasase y durante un año o más hubo un montón de reuniones en las que casi siempre acababa de mal humor.
Finalmente, se acordaron 5 asignaturas comunes a todas las ingenierías, y se acordó que primer y segundo curso serían comunes entre Oviedo y Gijón. El resto del plan de estudios (tercero y cuarto) nos dejaron libertad a los centros. El resultado es un plan de estudios en el que me parece que tercero, cuarto y optativas están bien, pero primero y segundo serían mejorables.
Durante todo ese tiempo, mucha gente siempre iba a las reuniones en plan "qué hay de lo mío" y de hecho, incluso llegamos a organizar una conferencia con ese título para explicar los cambios. En mi caso, acepté sacrificar la asignatura de lógica e incluso una posible optativa de programación declarativa, a pesar de que creo que ambas hubieran estado bien. Pero bueno, nunca llueve a gusto de todos, y era necesario ceder para que la cosa saliese. Lo más importante era que nos permitían mantener la Escuela con la titulación de "Grado en Ingeniería Informática del Software", que era diferente del de Gijón, que sería en Tecnologías de la Información.
En estos 2 últimos años se ha ido implantando el Grado y el número de matrículas ha vuelto a repuntar. De hecho, este año pasado, me sorprendió la cantidad de matriculados, sobre todo al comparar con otras titulaciones del entorno. A ello seguro que han contribuido muchos factores, pero sobre todo, quiero agradecer la iniciativa que han tenido varios profesores como Oscar San Juán, Cristina, Martín, Lourdes, Dani Gayo, Albizu, Redondo, etc. por confeccionar un circuito que llamaron Informática Extrema y que estoy seguro que todos los que participaron en él, salieron encantados.
Otro ejemplo de la implicación de los profesores para que la Escuela vaya bien.
En esa iniciativa y en muchas otras, los alumnos también colaboraron o incluso las organizaron ellos mismos. Una de las cosas que siempre me ha gustado es ver las iniciativas del los alumnos. En la Escuela de Ingeniería Informática siempre ha habido alumnos que no veían la Escuela solamente como un lugar de paso, sino como un espacio en el que poder llevar a cabo numerosas iniciativas como Anuario, Conferencias, talleres, etc. etc. Personalmente, intenté apoyar todas las iniciativas y me hubiera gustado que hubiesen realizado más. A ver si se mantiene ese espíritu.
Casualmente, el año pasado hicimos de nuevo otra apuesta por el futuro de la Escuela, que fue la implantación del grado bilingüe. Aprovechamos que nos concedían un segundo grupo en primero, para solicitar al rectorado que nos permitiesen darlo en inglés. Aunque el primer año tuvimos pocos matriculados, creo que la iniciativa es muy importante en los tiempos que corren y espero que nos permitan mantenerla. Para ellos es fundamental que haya más matriculados, y que el rectorado nos mantenga el apoyo.
Sobre las cosas que no me han salido bien, yo destacaría tres. La primera sería el lío que hubo en unas elecciones de alumnos en las que un alumnos acabó denunciando a otros alumnos por las declaraciones en los foros. Fue desagradable porque se sacó del contexto universitario y se llevó incluso a la policía y a los periódicos un tema que debería haberse mantenido en el ámbito universitario.
La segunda sería precisamente el tema de la web y los foros. Es la asignatura pendiente que me ha quedado y que me fastidia no haber conseguido. Me refiero a que durante este tiempo hemos realizado diversos intentos para tener una Web buena pero los resultados han sido desiguales. Además, a mí me gustaban los foros, el wiki, la mediateca y otros servicios que durante un tiempo estuvimos prestando pero eran difíciles de mantener y no teníamos personal para ello. El resultado es que acabaron muriéndose y hoy en día hemos tenido que recurrir a otros servicios externos como el grupo facebook, que están bien, pero no son lo mismo.
La tercera cosa que no me salia bien era el tener que cambiar de personas. Me fastidió mucho la jubilación de Paquita del año pasado. Ella podría haber aguantado un año más y la hemos echado de menos. Además de Paquita, también eché de menos a Carmen, que estuvo 6 años como secretaria de dirección conmigo y se había integrado tanto con la Escuela que entre ella, Paquita, Marga, Juan Carlos, Marián, Cristina, etc. parecíamos más una familia que un grupo de trabajadores.
Para mí ser director no es un cargo jerárquico sino una función más dentro del organigrama universitario. Intenté que la gente me siguiese viendo como un compañero y espero haberlo conseguido. Como dije muchas veces, en un organismo público, un director es más bien un presidente de la comunidad de vecinos que un director al estilo tradicional. En la Escuela hay un montón de vecinos (profesores, estudiantes, PAS) con los que convives y tu objetivo es intentar que no haya malos rollos y que más o menos cada uno haga sus tareas.
En el equipo de dirección, aunque hubo rotaciones, yo siempre estuve contento con los que iban aceptando los diferentes cargos, y de todos ellos guardo un estupendo recuerdo. En el cargo de Secretario académico tuve a Guti, Marián, Luis Vinuesa, Cristina Pelayo y Albizu. En el de subdirector de infraestructuras, a Néstor, Dani Lanvin, Oscar San Juán y Dani Gayo, y en el de relaciones institucionales y con empresas, a Javier de Andrés.
Pues nada...si alguien ha leído el artículo hasta el final, me despido deseándole lo mejor al nuevo director, Benjamín López, y sobre todo a la Escuela, que el año que viene celebra el 30 aniversario, ojalá llegue a celebrar el cien aniversario...
3 comentarios:
Bueno Labra, ¿Que se puede decir que no hayas dicho ya?
Simplemente felicitarte por la estupenda labor que creo que has hecho durante todo este tiempo. Creo que tras ocho años te mereces un "descanso" de tantas obligaciones y estoy seguro de que esta nueva etapa te permitirá desarrollar todo aquello que hasta entonces no has podido por falta de tiempo.
Todo cambio tiene su parte positiva.
Un abrazo,
Alejandro
Creo sinceramente que te hubiese costado hacerlo mejor como director :) Una vez en el mercado, y después de conocer a mucha gente de muchas universidades distintas, valoras realmente y de forma objetiva la formación recibida y la escuela donde has estudiado, y te das cuenta que era difícil hacer más con los recursos que había.
Puedo decir de primera mano que se aprende de lo bueno y de lo malo, y que yo estoy encantado de hacer de "embajador" de la antigua EUITIO defendiendo el gran nivel general de los egresados comparando con otras universidades, y convencido de que la cercanía de Dirección con los alumnos jugó siempre un papel relevante a ese respecto.
Habrá que desearle suerte a Benja, puesto que tiene el listón a buena altura, y por supuesto a ti en la nueva etapa que emprendas.
Un saludo.
Bolonia, nuevo edificio, planes de estudios, elecciones a rector... más todo el día a día. Yo diría que en estos 8 años no te ha quedado nada por hacer :)
A lo que hay que sumar tu experiencia como secretario de la Escuela, que fue en la que yo te conocí. No me extiendo porque voy a parecer el abuelo cebolleta.
Hasta donde yo te he seguido en la distancia creo que has hecho un buen trabajo y que donde más se nota es en que se mantiene la idea de que pasar por la Escuela marca carácter.
Por mi parte y desde la lejanía y el paso del tiempo, me sigo identificando con lo que allí sucede, y agradeciendo los esfuerzos por mejorar la calidad docente, el más significativo de los retos universitarios.
Un saludo
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