Ayer encontré un hueco para escaparme a ver una peli en el Festival de Cine de Gijón. La película que ejegí fue El Estudiante, de Santiago Mitre.
La película me gustó porque trata de un tema que me llega muy cerca, la política universitaria y las universidades argentinas. En concreto, trata de un chico que se matricula en la Universidad de Buenos Aires y comienza a hacer política como representante estudiantil.
La película refleja bastante bien cómo funciona el sistema político universitario, especialmente en Argentina, donde las implicaciones políticas son muy fuertes. Además, puede verse cómo las diferentes facciones son capaces de pactar entre ellas y cómo los candidatos se pasan de un bando a otro. Se refleja el hecho de cómo los representantes intentan muchas veces hacer lo mejor para los demás a través de ellos mismos, o al revés, lo mejor para ellos mismos a través de los demás.
En el caso de España, aunque la implicación política de los estudiantes universitarios no es comparable a lo que sale en la película, sí que hay ciertos atisbos de situaciones similares.
Lo poco que conozco de política universitaria me ha permitido ver que es quizá el sitio donde la política es más política y menos ideología. Es decir, en la política universitaria, aunque los bandos pueden tener algunas herencias ideológicas, en general, la ideología se deja en segundo lugar y se busca cómo alcanzar el gobierno universitario, pactando entre diferentes grupos de poder. En mi corta experiencia he visto alianzas entre grupos que me sorprendieron porque ideológicamente no eran del mismo signo.
La película refleja esas situaciones muy bien, y por éso creo que puede ser muy interesante verla. La vida es así, no puedes fiarte 100% de nadie, y en la vida política universitaria, más aún.
Lo importante, desde mi punto de vista es intentar hacer las cosas lo mejor posible dentro de tu ámbito de acción y aprender a conocer las motivaciones de las personas y de los grupos en los que se mueven. Y sobre todo, pensar que una persona no es un grupo, son entidades diferentes, a veces coinciden, pero muchas veces no. Y las personas pueden salirse de un grupo para pasar a otro grupo, o incluso pueden pretender estar en dos grupos a la vez, o incluso más, aunque esos grupos parezcan disjuntos...bueno, lo dejo, que me estoy enrollando y voy a acabar hablando de la teoría de conjuntos.
En cualquier caso, lo dicho, la película está bien hecha, los protagonistas son creíbles, y la política universitaria es un quilombo.
PD. Antes de cerrar el artículo, quería decir que la película me recordó al viaje que hice en 1995 a la Universidad Nacional de La Matanza gracias a una beca Intercampus. Fue uno de los mejores viajes de mi vida y durante un mes y medio me lo pasé genial. Allí conocí precisamente cómo eran las elecciones de representantes de estudiantes universitarios gracias a que conocí a un montón de representantes estudiantiles. Es una pena porque no he vuelto a saber de ellos, pero eran una gente magnífica.
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