jueves, 28 de febrero de 2013

Leaving Utrecht

Ayer regresé a Oviedo después de varios meses de estancia en Utrecht.

Utrecht es una ciudad preciosa, con un montón de edificios y rincones encantadores, y con mucha vida. Alguna vez escuché  que el tamaño ideal de una ciudad era entre 200.000 y 400.000 habitantes, y después de viajar por muchas ciudades, estoy convencido de que es así...una ciudad más pequeña carece de vida cultural, y una ciudad más grande te sobrepasa.

Algunas de las cosas que más me llamaron la atención de Utrecht, y Holanda, fueron:

  • Cultura de la bicicleta. Me encanta. La bicicleta es un modo de transporte que usan de forma natural, casi tanto como andar. La gente va en bici a todos lados y de todas las formas posibles, da igual que esté lloviendo o nevando, da igual que vayan de fiesta con tacones, o a hacer la compra, o a llevar a los niños, todos en bici. Supongo que hay 2 razones: la primera es que es todo llano y no hay desniveles grandes, la segunda es que las infraestructuras están preparadas para ello. Todas las calles tienen carriles bici y tienen aparcamientos de bicicletas en todos los sitios. 
  • Juventud. Utrecht es una ciudad universitaria, y parece obvio que haya mucha gente joven por las calles. Pero Oviedo también es una ciudad universitaria, y hay menos gente joven por las calles. En Utrecht da la sensación de que la gente mayor ha desaparecido porque es muy difícil ver a gente mayor por las calles. De la misma forma, también es difícil ver niños por las calles. Sí que los hay. pero a partir de las 18h es casi imposible ver a un niño. Estoy seguro que a nosotros nos han mirado mal muchas veces cuando íbamos con Alex a cenar a las 21h ó 22h...
  • Negocio. Mi sensación es que a la gente holandesa le gusta mucho comerciar: comprar, vender, alquilar. Sobre todo vender. Parece un pueblo de vendedores. Hemos tenido múltiples anécdotas de gente que anuncia cosas a vender o alquilar que en otros países no se nos ocurren. Aquí, si alguien se va un mes de vacaciones, lo primero que hace es poner su piso en alquiler durante ese mes. Lo mejor es que el mercado funciona, y los pisos desaparecen. No es de extrañar que una de las fiestas más características holandesas, el día de la reina, la costumbre es sacar cosas de las casas y montar un tenderete para venderlas. Les encanta. Y ojo, por lo que he visto, si te pueden engañar, te engañan. 
  • Belleza. Utrecht es una ciudad preciosa, con muchos rincones idílicos y muy cuidada. Lo mejor es que es una belleza no forzada, natural. De la misma forma, la gente holandesa es muy guapa. Es posible que sea porque la mayoría tienen entre 20 y 30 años, pero es que cuando vas por la ciudad te encuentras un montón de gente que parecen modelos de revista. También contribuye a la belleza la altura. Los holandeses son muy altos. Yo pensaba que no era para tanto, pero cuando estás unos meses te das cuenta de que sí son muy altos y lo notas cuando vuelves a España. Lo que no acabo de entender es porqué no son buenos en baloncesto, porque cuando iba por la calle, vi a un montón de chavales que me hubiera gustado fichar para jugar a baloncesto...
  • Organización. La gente holandesa es muy organizada. La ciudad está muy organizada, las infraestructuras están muy organizadas. Todo parece que fluye de forma natural pero estoy seguro que éso conlleva una cultura de la organización muy importante. En el lado negativo, les cuesta mucho la improvisación y se nota. Mientras que en España, si dices que te gusta afrontar cambios e improvisar, parece positivo, en Holanda lo ven como algo negativo. Ellos no improvisan y cuando le vas a pedir algo a alguien, una respuesta habitual es decirte que lo va a anotar y que va a preparar un "appointment" para resolverlo. Supongo que en España nos vendría bien algo más de organización, aunque personalmente, me encanta la improvisación y no sé si me gustaría vivir en una sociedad tan organizada. 
  • Infraestructuras. Muy relacionado con la organización, están las infraestructuras. El servicio de trenes y autobuses es excelente. Las calles están muy bien acondicionadas con sus carriles bici y rampas de accesibilidad. Las obras están todas muy bien señalizadas. De hecho, por lo que he visto, el país está continuamente en obras. Parece que está todo en continuo movimiento y siempre están creando nuevas infraestructuras. En todas las ciudades están acometiendo obras e infraestructuras. Supongo que tiene que ver con que todavía no les ha llegado la crisis (parece que están como España hace cinco años) y que pagan unos impuestos bastante elevados (casi el 40% del sueldo va para impuestos). Pero en mi opinión, si pagas impuestos fuertes, y luego ves los resultados, no te duele tanto. Además, si el dinero va para obras que puede disfrutar todo el mundo (las calles con carril bici, los parques infantiles, que también son una pasada, los trenes y autobuses, etc.), pues mejor que mejor. 
  • Clima. El clima es muy malo. Mi sensación es que tienen un clima igual que en Asturias, pero peor. Vamos, por lo que he podido comparar, llueve más o menos lo mismo que en Asturias, pero siempre hace entre cinco y diez grados menos. Y claro, en invierno, eso supone que también nieva. Lo mejor es que están muy acostumbrados a ese clima y les da igual (especialmente con el tema de las bicicletas, ellos no dejan de ir en bici aunque haya nevado y esté toda la carretera cubierta de nieve o hielo).
Lo cierto es que la experiencia de conocer Utrecht un poco más de cerca me ha gustado mucho, y es una ciudad que merece la pena conocer. Ah, este artículo pensé llamarlo Living Utrecht, en honor a la casa donde me alojé.

lunes, 11 de febrero de 2013

Tercer opción económica

Hace tiempo, una economista me dijo que había 2 modelos económicos fundamentales:

  • Invertir: que consiste en gastar el dinero disponible para comprar o hacer algo, esperando que dicho gasto acabe retornando (el famoso ROI, retorno de la inversión).
  • Ahorrar: que consiste en mantener el dinero sin gastar, esperando que el dinero produzca beneficios por sí mismo, o al menos, esperando a que aparezca algo en lo que se pueda invertir.
Según esa economista, la mayoría de las decisiones económicas se pueden agrupar en esas dos posibilidades. Cuando ella me lo dijo, se refería en concreto al intento que se estaba haciendo de aprovechar la reforma de Bolonia para cerrar centros universitarios, con la idea de que si se cerraban centros, se ahorraban costes. Según su punto de vista, esa idea era muy simplista, porque un Centro universitario debía verse como una inversión y que aunque se ahorrasen costes a corto plazo, la inversión traía beneficios a largo plazo.

Desde entonces, cuando aparecen noticias económicas, siempre intento verlas desde esa perspectiva (sí ya sé que es muy simple, pero yo no soy economista, ni quiero serlo). Por ejemplo, con el tema de la crisis, aparecen 2 modelos, el de los que dicen que hay que recortar (que desde mi punto de vista sólo conduce a que mucha gente lo pase mal), y el de los que dicen que la alternativa no es tanto recorte, sino más inversión, aunque en estos tiempos, es difícil ver en qué se puede invertir y desde mi humilde opinión algunas de las grandes inversiones realizadas en España no fueron las adecuadas.

En la economía familiar, también se pueden apreciar las dos tendencias, la de la gente que ahorra costes, y la de la gente que invierte. El problema surge cuando la cosa está tan mal, que no hay dinero ni para ahorrar ni para invertir, solamente deudas de inversiones que no han retornado beneficios. Ejemplos extremos serían las personas con hipotecas que no pueden mantener y que pierden su trabajo. Es una verdadera lástima, y son situaciones que ojalá no se produjeran.

El caso es que ambas soluciones, "ahorrar" ó "invertir" parecen dos caras de la misma moneda que pueden plantearse en un modelo económico estable, pero que en un momento de crisis, no parecen resolver nada.

Estos días, estoy viendo lo que podría considerarse una tercera opción y se podría bautizar como "romper". Esta opción consiste en romper el modelo económico intentando salir del contexto en el que uno está metido. 

Los mejores representantes de la opción rompedora serían las personas que cogen sus cosas y se van a otro país a buscar otras posibilidades rompiendo el contexto en el que están. Desde luego, no se puede considerar que estén ahorrando, pero tampoco que estén invirtiendo (a lo mejor se podría decir que invierten en un futuro incierto...). El caso es que tomar ese tipo de decisiones requiere una gran valentía y puede generar situaciones personales muy complejas.

En mi caso, gran parte de mi familia fueron emigrantes (tengo mucha familia en Argentina y Cuba, familiares de mis abuelos, y mis padres mismamente se conocieron en Suiza), por lo que el tema de la emigración me toca muy cercano y siempre me han interesado las historias de emigrantes. He tenido la suerte de poder reencontrar a parte de mi familia argentina y gracias a los numerosos viajes a Chile, también he podido contactar con muchos descendientes de emigrantes. 

De hecho, el mundo actual no podría entenderse sin considerar los flujos migratorios que han venido dándose en todos estos siglos. Seguramente, muchos emigrantes optaron (sin pensarlo) por la tercera opción económica de cambiar el contexto y buscar nuevas alternativas de futuro.

Estoy pensando cuál podría ser equivalente de esa opción en el terreno macroeconómico, por ejemplo, en la economía de un país, España, como país, no puede coger sus cosas y emigrar yéndose a otro continente (a lo mejor no era mala idea). Aunque probablemente sí puede intentar cambiar de contexto y romper el modelo en el que está. Como ya dije que no soy economista y no voy a seguir profundizando en esa línea, pero al pensarla, se me ocurrieron algunas opciones que podrían ser interesantes.

Este artículo va dedicado a una persona aproximadamente cada 10 años de su vida ha cambiado de país y casi de continente, y recién ha cumplido los 30.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Científicos expatriados

Justo antes de navidades realicé un viaje de vuelta de Utrecht con mi hijo de 2 años Alex.

Al montar en el tren de Utrecht a Amsterdam no teníamos sitio donde sentarnos y un chico nos cedió su sitio diciéndonoslo en español.

 Tras éso comenzamos a hablar, se llamaba Daniel y casualmente iba a tomar el mismo avión que nosotros. Aunque no tuvimos mucho tiempo para charlar, me dijo que él vivía en Utrecht y conocía a más españoles, y que cuando volviese en febrero, si montaban algún sarao, nos invitaban.

Fue una casualidad magnífica, pues los otros españoles a los que conoce son una gente majísima, algunos con niños de la edad de Alex, con los que hemos coincidido los 2 últimos domingos y nos lo hemos pasado muy bien.

Aparte de éso, hay algo que une a cada uno de ellos, y es que son cientificos españoles expatriados. 

Daniel me contaba que se había venido para un año, por una estancia de investigación, pero lleva ya 10 años. Creo que es el más integrado de todos. De hecho, ya se ha comprado una casa en Utrecht y habla holandés (incluso da clases de holandés para extranjeros).

 La semana pasada nos invitaron a una comida mexicana en la casa de Gonzalo y Silvia. Ellos también están establecidos, de hecho acaban de comprar la casa en Holanda. Tienen 2 hijos de 5 y 7 años que van al colegio en holandés y hablan español con un poco de acento extranjero. Vinieron a Holanda con becas Marie-Curie pero han encontrado oportunidades de quedarse a trabajar. En el trabajo están contentos y no se plantean volver a España.

Otro de los que ha venido con una beca Marie-Curie es Esteban. Esteban está aquí con su mujer y tienen dos hijas de 1 y 3 años. De momento, la mujer de Esteban no trabaja y se dedica a cuidar a las hijas y aprender holandés. Ella estudió la carrera de Comunicación Audiovisual y dice que en España no encontraba trabajo. Él está contento en Holanda y está pensando alternativas de futuro. Dice que ahora parece que no es tan fácil quedarse, pero sobre volver a España, cree que tampoco tendría donde trabajar de lo suyo.

La otra pareja son Eva y Pedro. Eva tiene otra beca Marie-Curie de biología. Pedro es informático y de momento está buscando trabajo y aprendiendo holandés (en muchos trabajos parece que piden holandés). En principio les quedan otros dos años más en holanda y no saben si volverán o no.

Aparte de que todos ellos forman un grupo muy agradable, si uno se pone a reflexionar sobre el tema, hay algo preocupante. Ellos no están en Holanda porque hayan elegido entre España y Holanda, están en Holanda porque la opción de regresar a España no es viable porque supondría cortar su carrera científica.

En mi opinión: España está expatriendo a sus científicos.

Desde luego, son una pequeña muestra de gente que me encontré por casualidad. No tengo números que me avalen y tampoco tengo ganas de buscarlos, aunque estoy seguro de que los hay. Pero es triste que un país no se de cuenta de qué es prioritario y qué no. Y en el mundo actual, la ciencia y la investigación son una prioridad.

Casualmente, el otro día me re-encontré con el blog de Rafa Font, un antiguo alumno que además participaba en la Delegación de Alumnos y que siempre intentaba mejorar las cosas. Ahora parece que está intentando mejorar las cosas en el terreno político con el partido Equo.

Yo personalmente, no suelo estar convencido de nada en el terreno político, pero sí creo que la ciencia y la investigación son fundamentales y pueden mover el mundo.

sábado, 2 de febrero de 2013

Arquitectura del Software, DCI y programación funcional

Al poco tiempo de dejar la dirección de la Escuela me tocó elegir docencia para el curso 2012/13. Entre las opciones, aparecía una asignatura llamada "Arquitectura del Software" que se iba a impartir por primera vez en el nuevo plan de estudios y que tenía pinta de que me iba a gustar. La escogí, y aunque todavía no empecé a impartirla, llevo ya unos meses preparándola encantado de haberla escogido. En este tiempo he comprado y leído (u hojeado) un montón de libros sobre el tema y estoy intentando ponerme al día en una disciplina que creo que es apasionante. Una de las cosas que más me ha llamado la atención es el paradigma DCI (Datos-contexto-interacción) que está siendo propuesto por Trygve Reenskaug, el inventor del patrón MVC (Modelo-Vista-Controlador).

Uno de los que más está promoviendo el modelo DCI es Jim Coplien que ha escrito el libro Lean Architecture: for Agile Software Development. El libro lo compré hace tiempo y está bien, aunque tiene algunas partes que se hacen un poco pesadas. Da la sensación de que el concepto DCI es importante, pero no acaba de explicarlo de forma sencilla.

Esta tarde estuve mirando el vídeo de la conferencia AOSD 2012 en la que Jim Coplien presenta el tema y creo que se entiende mucho mejor el concepto. Además, lo mejor es que parece que uno de los lenguajes en los que se puede adoptar la técnica de forma más natural es Scala.

De hecho, en la lista de correo dedicada a DCI hay varias propuestas de implementaciones en Scala.

La verdad que cada vez estoy más convencido del gran potencial que va a tener la programación funcional para la ingeniería del software del futuro. Por si fuese poco, he visto que Robert Martin (uncle Bob), uno de los padres del movimiento ágil, escritor del magnífico libro Clean Code, parece que está poco a poco pasándose al campo de la programación funcional e incluso tiene una serie de entradas en su blog introduciendo el tema.

Como no podía ser menos, hice una búsqueda para ver si había gente del campo funcional interesada en DCI y encontré esta entrada que habla de las entrañas de la programación orientada a objetos y la programación con interfaces. No he tenido tiempo a seguir indagando, pero definitivamente, creo que DCI y la programación funcional pueden aportar muchas cosas buenas a la arquitectura del software.