lunes, 21 de enero de 2013

Víctor y su madre

Hace casi 20 años conocí a Víctor Ayllón en un viaje a Argentina en el que íbamos 10 españoles como estudiantes de intercambio a la Universidad Nacional de La Matanza, en Buenos Aires.

La experiencia marcó mi vida por lo bien que me lo pasé en el viaje, y especialmente por la buena conexión que tuve con Víctor, a quien desde entonces, considero uno de mis mejores amigos.

Claro que yo reconozco que soy muy despegado para el tema de las amistades, y probablemente él también, así que en todo este tiempo, nos debimos ver 3 ó 4 veces en ocasiones dispares.

La última vez fue de pura casualidad, coincidiendo que ambos éramos ponentes de una conferencia.

El caso es que hace dos días le envié un correo electrónico para preguntarle una cosa, y me contó que le habían dado varios premios a su empresa Novayre.

El discurso de entrega de uno de esos premios me ha gustado mucho y lo recomiendo a cualquiera que tenga inquietudes por emprender. En seis minutos, Víctor es capaz de agradecer a su familia y de describir las claves de un buen negocio de forma amena y con un ejemplo eficaz. Un ejemplo de que Víctor, no solo es un buen emprendedor, sino también un buen comunicador.

En ese vídeo, Víctor menciona de pasada el blog de su madre. Al verlo, me picó la curiosidad y entré a cotillear. Y tengo que decir que me sorprendió la calidad de las entradas en el blog.

Además del blog personal, en el que cuenta un poco de todo, también tiene un blog de recetas. Me parece una idea genial que la gente mayor, especialmente las amas de casa, se animen a publicar parte de su conocimiento, haciéndolo accesible a los que nos hemos criado estudiando muchas cosas, pero ajenos al conocimiento práctico que ellas poseen.

En mi caso, por diversas circunstancias, llevo una temporada en la que me ha tocado hacer de "ama de casa" (no sé si queda bien decir "amo de casa") y me he dado cuenta de la gran cantidad de cosas que no sé hacer, y que mi madre y otras tantas madres, hacían con gran naturalidad, como si fuese sencillo.

Víctor y de su madre son dos ejemplos a seguir, cada uno en su ambito, pero ojalá hubiese más Víctor y más madres como la de Víctor...